Hacia un plan de acción europeo para la economía social
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Nos hacemos eco del artículo de Nicolas Schmit, Comisario Europeo de Empleo y Derechos Sociales con un resumen de su artículo.
La Comisión Europea está preparando un Plan de Acción para la Economía Social, que se lanzará este año, este tendrá como objetivo mejorar la inversión social, apoyando a las organizaciones de la economía social para poner en marcha y escalar sus actividades y su impacto social, para innovar y crear puestos de trabajo.Se basará en las características únicas de las organizaciones de la economía social para garantizar que las transiciones verde y digital no dejen a nadie atrás, y que nuestras comunidades fortalezcan su resiliencia económica y social.
La comunicación de la Comisión Europea «Una Europa social fuerte para transiciones justas», publicada poco antes del inicio de la pandemia COVID-19, ha llamado la atención sobre el hecho de que estamos presenciando una época de grandes cambios. Estos cambios suponen un desafío en el que la defensa de los valores de la UE son la base, en boca de Ursula von der Leyen, estas transiciones no deben «dejar a nadie atrás”.
Se trabaja hacia un modelo más sostenible, tanto desde el punto de vista medioambiental como social. En este sentido, las organizaciones de economía social muestran el camino a seguir gracias a su compromiso de poner a las personas en primer lugar.
La colaboración y participación de todos los interesados, explica por qué la economía social es capaz de recuperarse en tiempos de crisis. Aunque estas empresas son a menudo pequeñas y enfrentan dificultades de financiación, muchas de ellas han contribuido directamente a abordar la crisis durante la pandemia, por ejemplo, produciendo equipos de salud, proporcionando atención médica y otros servicios esenciales a los más vulnerables. Sin embargo, muchas organizaciones han tenido que suspender sus actividades. Esto tiene un coste social muy elevado, dado el papel que desempeña la economía social en la promoción de la cohesión social y en la subsanación de lagunas en la prestación de asistencia social y servicios de interés general.
Varias iniciativas recientes de la Comisión, como el Plan de Acción para la Economía Circular, la Agenda europea de competencias y la estrategia «Renovation Wave», se han referido al potencial de la economía social. De hecho, muchas de estas empresas están activas en la economía circular, suministran energía a precios asequibles a los más vulnerables, lo que ayuda a amortiguar las crisis económicas, ayuda a la reconversión y mejora las perspectivas de empleo para quienes están lejos del mercado laboral. Finalmente, no debemos pasar por alto el aporte que la economía social puede ofrecer a la recuperación de la crisis que atravesamos. Su presencia local, sus modelos organizativos y su propensión a la innovación les permiten identificar rápidamente las necesidades de la comunidad y ofrecer soluciones adecuadas. Adicionalmente, La economía social ayuda a implementar el principio del pilar europeo de derechos sociales, que es nuestra brújula para una recuperación justa y sostenible. La Comisión Europea ha puesto a disposición un plan de recuperación sin precedentes y anima a los Estados miembros a incluir la economía social en sus planes nacionales.
Un obstáculo importante está relacionado con la falta de conocimiento y reconocimiento de los modelos de negocio de la economía social, por eso, en AESAL-CV luchamos por difundir las sociedades laborales como una alternativa segura a la hora de crear tu propio negocio. La Comisión ha realizado recientemente un mapeo de la economía social y sus ecosistemas en Europa. Este estudio muestra que, a pesar de estar presentes en todos los países mapeados, estas gozan de diversos grados de reconocimiento público y privado, político y legal. En España se tiene una larga tradición de organizaciones de economía social. En muchos países donde no existe un marco político o legal, el concepto de empresa social no se conoce ni se comprende bien. Esto genera una serie de dificultades para las empresas de economía social, como un acceso más difícil a la financiación y la contratación pública. Por último, todavía hay un buen margen para mejorar el apetito por el emprendimiento social entre los jóvenes proporcionándoles las habilidades y la educación adecuadas.
El acceso a la financiación es a menudo un punto débil de la economía social, ya que las empresas luchan por encontrar la financiación adecuada para iniciar y ampliar su impacto, en particular debido a sus modelos de negocio que se centran en los beneficios sociales, en lugar de financieros, lo que los hace menos atractivo para los inversores tradicionales. Para abordar este problema, la UE ya ha lanzado un paquete de instrumentos que permiten a los inversores asumir más riesgos, incluyendo subvenciones, garantías de préstamos, inversiones de capital, servicios de asesoría y bonos de impacto social. Sobre la base de estos instrumentos y de los crecientes intereses de los bancos, reforzaremos el apoyo de la UE a través de nuestro plan de acción y a través de la ventana política dedicada a la inversión social de InvestEU. La financiación para apoyar la economía social también estará disponible en el marco del Fondo Social Europeo Plus. Los Estados miembros deberían hacer un uso estratégico de esta financiación, basándose en buenos ejemplos del período anterior, como el Programa Operativo Español para la Inclusión Social y la Economía Social. Los Estados miembros también pueden proponer que se utilicen algunos de los fondos que se les asignan en el marco del servicio de recuperación y resiliencia en sus planes nacionales de recuperación.
Estos son solo algunos de los desafíos y oportunidades que hemos reunido hasta ahora. En los próximos meses, la Comisión trabajará en la definición de acciones concretas para abordar estos obstáculos y garantizar que se pueda aprovechar al máximo el potencial de la economía social. En cumplimiento del principio de subsidiariedad, para algunas de estas acciones contaremos con el apoyo de actores y autoridades a nivel nacional, regional y local.